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Hoy quiero hablaros de un tema que aunque no esté directamente relacionado con el mundo de la belleza, si que está seriamente relacionado con nuestra salud, y la salud y la belleza van siempre cogidos de la mano.
Se comenzó añadiendo vitaminas y nutrientes a alimentos que en su naturaleza original no los poseían y acabamos con productos sobrecargados; leches con vitaminas, omega 3..., zumos con leche, vitaminas, fibra. Etc... Todo en un pequeño bote de apenas 30cl. Y por supuesto bajo en calorías y sin azúcar. Todo compactado en una sola toma que nos evite perder tiempo en seleccionar esos mismos productos por separado y frescos.
El consumismo también ha llegado ala alimentación y cada día nos ofertan productos más milagrosos y completos, obviando como no, la letra pequeña.
Uno de ellos y el más peligroso, es el alimento transgénico o OMG (organismo modificado genéticamente), es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente, manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN de un ser vivo (virus, bacterias, animal, incluso humano) para introducirlas en el de otro.
Básicamente juegan a Mr. Potato colocando los genes de forma que al final quede una feliz cara sonriente que nos convenza y nos impida cuestionar nada.
Seguimos agitando nuestra varita de “creadores” produciendo retoños que bien podrían guardar similitud con nuestro querido Frankenstein.
Podríamos pararnos a pensar que es una forma de paliar el hambre, de aumentar la productividad o la calidad de vida. Pero solo refleja el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de muchos. Las empresas transnacionales que producen transgénicos dominan la producción de semillas y pesticidas, además de la ingeniería genética. Con las semillas modificadas genéticamente las empresas se aseguran las ventas de sus pesticidas y además cobran las patentes de las semillas incluso en los casos de contaminación genética accidentalmente.
Los principales riesgos de los transgénicos para la salud son; Posibles daños en riñón e hígado, aparición de nuevas alergias, generación de resistencia a los antibióticos por parte de bacterias dañinas para el ser humano, incremento de la contaminación por un mayor uso de pesticidas y afecciones al sistema inmunológico.
Tratar un ámbito aun desconocido y complejo como es el entramado del ADN y los genes nos deja al descubierto una ruleta rusa donde no existen las elecciones afortunadas. Y para variar siempre hay alguien que la hace girar por nosotros, sin preguntarnos.
Si quereis más información sobre cómo poder identificar estos alimentos, Greenpeace pone a nuestra disposición una lista de alimentos verdes (los admitidos) y rojos (los que contienen transgénicos o no han dejado comprobar lo contrario).
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